Escribir

Cuando escribo no me fijo en el tiempo, eso sólo me desanimaría.

Cuando escribo no pienso, en nada. A veces las cosas no salen, simplemente. Generalmente algo sale y yo quedo satisfecha… Pero asumo que yo no puedo ser objetiva.

Capaz mis letras no son las adecuadas, o tal vez me equivoco demasiado o soy aburrida, no lo sé. Necesito una crítica sincera y aún no sé dónde conseguirla.

Sólo sé que mis escritos aún no son populares, y eso me hace pensar que algo estoy haciendo mal, aunque no lo sé con certeza.

Escribo xq para mí es una necesidad, xq necesito sacar de alguna manera todo lo que cargo dentro. Y si eso me ayudara a ganar dinero, fabuloso… Pero si no, igual lo seguiré haciendo.

Algo que no me gusta es que generalmente soy una respuesta, generalmente escribo para responder a alguien. Mi escritura nace de la indignación o del dolor, de la ausencia o de la injusticia.

Soy muy polémica pero cuando escribo evito serlo, intento ponerme en el lugar de todos, xq todos tienen razones justas o injustas para ser como son. O eso creo, capaz es todo lo contrario, no lo sé.

Escribo xq de otra manera explotaría en medio de tantos silencios impuestos, escribo porque en las palabras puedo encontrar maneras de decir lo que pienso sin decirlo directamente.

Escribo xq cuándo lo hago puedo expresarme, corregida y meditada; xq cuando hablo a veces hiero de manera innecesaria.

Escribo xq es menos amenazante que lidiar con otros seres humanos, xq es más fácil, menos enredado.

Escribo xq las palabras tienen una estructura y un significado, mientras que la gente cambia todo el tiempo y así como dicen una cosa, dicen otra y yo aún no aprendo a lidiar con ello.

Escribo… Porque de otra manera no existiría.

Violencia Obstétrica

Hace cuatro años y una hora nació mi hijo… Aún no puedo superar ese día.

Hace casi cuatro años un equipo de medicos y obstetras me robó su nacimiento; convirtieron un día especial en uno horrible y lleno de dolor. Uno que me recuerda más a una violación que al nacimiento de mi hijo. Me sentí profundamente desprotegida, abandonada a mi suerte en las poco más de doce horas anteriores a su nacimiento y fue una sensación igual o peor la que me rodeó en la semana posterior al parto.

El único momento en que me sentí cuidada fue durante la operación, la cesarea totalmente innecesaria que cambió de estatus xq me hicieron entrar en pánico. Y, aunque me amarraron los brazos y sólo me permitieron darle un beso en la frente antes de llevárselo, durante esa hora sí sentí que cuidaron de mí.

Lo peor fue al día siguiente, cuando nueve personas me rodearon para separarme de mi hijo xq yo soy asperger y ellas unas completas ignorantes del tema. Sólo lo había tenido en mis brazos media hora o menos y ya tenía 12 horas de nacido. Habíamos estado juntos casi 48 semanas y ahora no me permitian ni verlo. Tuve que pedir mi alta, aunque a duras penas podía pararme, xq necesitaba verlo, y la canción que durante meses le canté en mi barriga, se convirtió en un himno de dolor xq no me permitían ni el derecho a consolarlo. “Lo bueno es que de aquí va a salir educado” me decían… Sin saber que yo no tenía planeado apartarlo de mí durante todo un año, al menos.

Mi hijo estuvo interno una semana en neonatología, aparentemente le dio sepsis, yo creo que mucho tiene que ver que no hayan permitido le dé de lactar hasta el 4to o 5to día de nacido. Durante toda esa semana yo iba dos o tres veces al día, a verlo la media hora que me permitian. Empezamos la lactancia con mucho esfuerzo xq no es lo mismo una jeringa que el pezón de una madre primeriza, pero lo logramos y poco a poco hemos ido curando ambos nuestras heridas.

A la semana tuve que volver a su chequeo, y tenía ictericia del recien nacido. El doctor ante mi desesperación, me prometió que si no superaba ciertos indicadores me daba indicaciones para atenderlo en casa, pero de acuerdo a los examenes estaba crítico y no internarle de urgencia era muy peligroso. Le conté a una enfermera todo lo que viví ahí y me recomendó no volver a traerlo, que vaya a una posta cualquiera y diga simplemente que se me perdió la tarjeta. Dos días después eso hice.

Regresé al año y poco más, hablé con asistencia social y terminé denunciando en susalud el tratamiento que recibí. Me recibió un director, creo, y me ofreció disculpas a nombre del hospital, pero eso no me sirve de nada.

Han pasado ya 4 años y sigo llorando en cada cumpleaños de mi hijo, en estos días estoy más distante con él, y me cuesta más consolarlo o escuchar a un bebé llorar; me dan ganas de taparme los oídos y salir corriendo.

Los monstruos del ayer

En cada impasse con mi hijo tengo que lidiar con mi pasado, con lo que me decían a mí, como si fueran instrucciones.

Qué horrible ser madre habiendo sido antes una niña maltratada. Qué complicado. No he tenido todas las vivencias de amor, comprensión y afecto que me hacen falta para no ser una persona explosiva y no saben lo difícil qué es, no saben el esfuerzo que requiere no hacer lo mismo que me hicieron, xq el recuerdo es tan fuerte que es como si escuchara sus voces exigiéndome que haga lo mismo.

No es una disculpa, es un pedido de ayuda, no soy la única que se siente así, no debo ser la única. Afuera hay muchas madres y padres que agreden (gritan o golpean) a sus hijos y ni siquiera se sienten mal, porque nadie les ha dicho que esta mal; xq no soy la única que creció en medio de una guerra, xq no soy la única cuyos padres estaban ausentes, estresados o preocupados en asegurar nuestra subsistencia más básica y lograron alimentar nuestro cuerpo, aunque no nuestras almas y ahora somos padres o abuelos y no tenemos las herramientas necesarias para hacer un buen trabajo.

Para empeorar las cosas, vivimos en un sistema que alienta esa ausencia y ese maltrato, que nos dice que no hay problema en dejar a los hijos con niñeras, deben ser independientes; que está bien que duerman solos, nosotras debemos descansar; que la leche de fórmula es perfecta, no te estreses por gusto; que es admirable trabajes jornada completa mientras no ves a tus bebés crecer, cuando sea grande lo entenderá…

Y es maltrato, porque es absurdo esperar que niños que nunca fueron contenidos aprendan a contenerse. Es maltrato xq los estamos dejando solos, como lo hicieron con nosotros, en un mundo que es cada vez más horrible. Y es maltrato xq además, no dejamos de criticarlos “la generación más débil”, “no están acostumbrados a que se les niegue nada” cuando les hemos negado TODO, hasta nuestra presencia, calor y afecto en busca de una idea de progreso que no es tal.